Introducción a la Historia de la Química
Soledad Esteban Santos
UNED Ediciones. 2001
Colección Cuadernos de la UNED
A continuación reproducimos la reseña de este libro aparecida en la revista
100cias@unedEste texto tiene su antecedente inmediato en el curso del Programa de Formación del Profesorado que se viene impartiendo en la UNED con el mismo título, dirigido por la autora, que es Profesora del Departamento de Química Orgánica y Biología de nuestra Facultad y posee una reconocida experiencia en estos cursos orientados a la formación permanente de profesionales de la enseñanza. Pero no resulta difícil descubrir otros antecedentes más profundos, en los que confluyen las inquietudes científicas y humanistas de la autora, y que hacen que la obra sea de gran interés para un público más amplio que sus destinatarios iniciales. Los méritos del libro son muchos y prueba de ello es que ha recibido el Premio a Materiales Didácticos de la Sección de Enseñanzas no regladas, otorgado por el Consejo Social de la UNED en la convocatoria de 2001.
Entre las cualidades de la obra destaca en primer lugar la organización de los contenidos. Un total de catorce Temas están agrupados en tres grandes bloques, dedicados respectivamente a los primeros pasos de la Química, su constitución como ciencia y su desarrollo posterior. Estratégicamente situado, hacia la mitad del libro se encuentra un capítulo sobre Robert Boyle, el precursor de la Química que contribuyó a descartar definitivamente las viejas creencias de la Alquimia y que vivió un siglo antes del nacimiento efectivo de la Química durante la Ilustración. El análisis de la obra de Boyle, que ha sido objeto recientemente de un artículo más especializado de la autora, permite deslindar las diferentes mentalidades de los antiguos alquimistas y de los modernos químicos, que son también acordes con sus momentos históricos respectivos. Otros capítulos están dedicados a Lavoisier y Dalton, personajes que impulsaron respectivamente la ley de la conservación de la materia y la teoría atómica, que son los dos pilares en los que se sustenta la Química como ciencia. En el libro se expone claramente cómo la Química fue adquiriendo complejidad al avanzar el siglo XIX, una vez que el espíritu romántico diera impulso a las diferentes ramas de esta ciencia, cuyos objetivos se fueron entrecruzando mientras los límites del conocimiento se dilataron cada vez más. Se llega así a las realizaciones de la Química actual, que se bosquejan en los capítulos finales del texto.
Un gran mérito de la obra es su visión de conjunto, cualidad que solamente se puede conseguir mediante el conocimiento profundo de la Química que se deriva de la dedicación docente de la autora hacia esta materia, acompañado por una sensibilidad especial hacia la perspectiva histórica y social, que escasea entre los científicos y suele omitirse en las presentaciones didácticas habituales, no sólo de la Química sino también de otras disciplinas.
El lenguaje es muy cuidado y consigue expresar conceptos difíciles con gran claridad, lo que facilita mucho la lectura y comprensión de la obra. Un ejemplo entre varios es el capítulo dedicado a la Alquimia, que se revela como el antecedente directo de nuestra Química actual. Se encuentran también numerosas acotaciones didácticas de gran valor para el profesorado, entre las que pueden mencionarse los recuadros que puntualizan las conclusiones principales, así como las alusiones al carácter interdisciplinario de muchos descubrimientos químicos y a sus relaciones tecnológicas y sociales, que aparecen a lo largo del texto.
La edición es cuidada y legible, y la impresión y la encuadernación son elegantes y atractivas. Es justo reconocer el esfuerzo que está realizando la UNED para lograr unas presentaciones editoriales que en muchos casos se pueden comparar favorablemente con las ediciones comerciales.
Para finalizar esta reseña, merece destacarse que el tema que se aborda en la obra tiene especiales dificultades, que se manifiestan claramente cuando se pretende analizar la interacción de los avances de la Química con los desarrollos sociales. Debido probablemente a su naturaleza interdisciplinar, que demanda una formación dualista que pueda abarcar tanto los aspectos científicos como los humanistas, este problema no se ha tratado hasta ahora con la extensión deseable en el campo de las Ciencias en general, y mucho menos en el área de la Química en particular. Resulta difícil encontrar obras de conjunto donde iniciarse o documentarse sobre el tema, más allá de la clásica obra de Bernal, que se remonta ya a unos cuarenta años y que no dedicaba mucha atención a los aspectos puramente químicos. Por ello, esta obra que comentamos tiene un valor sobresaliente y es merecedora de una gran acogida, no solamente por la información química que contiene, que es mucha y bien meditada, sino también porque aporta una perspectiva. histórica y social que puede ser de gran interés a todos aquellos que tengan una preocupación por la proyección de las Ciencias experimentales en el desarrollo de la sociedad humana. No conviene olvidar que el estudio de los fenómenos históricos y sociales desligado de los avances científicos y tecnológicos produce un conocimiento necesariamente limitado, del mismo modo que tampoco se debe ignorar que la ciencia está hecha por seres humanos, cuyas realizaciones están condicionadas por el hecho de vivir un momento histórico y social concreto e irrepetible. Libros como éste nos lo muestran con rigor y amenidad y por ello son bienvenidos.
Fernando Peral Fernández
Dpto. de Ciencias y Técnicas Fisicoquímicas